Futurismo Canarias

Santiago del Teide, en busca del resplandor de antaño

9 Sep , 2013  

Entre los charcos cristalinos en las inmediaciones de los apartamentos Europe de Puerto Santiago, una feliz y risueña niña de tres meses chapoteaba fascinada por el brillo de aquel maravilloso rinconcito cercado por los majestuosos Acantilados de Los Gigantes, enclavados en la parte más occidental de la isla de Tenerife. Han pasado casi cuarenta años desde entonces, así como numerosas vacaciones estivales junto a la familia.  El desarrollo y transformación de aquel idílico entorno quedaron grabados en la retina de aquella niña.

Algunos años más tarde, allá por los 90, recuerdo la época de esplendor de una de las zonas turísticas más atrayentes de la Isla, que congregaba a cientos de miles de turistas foráneos y residentes canarios, cautivados por la belleza paisajística, la pureza de sus playas y su extraordinario clima seco, siendo el lugar que más horas de sol recibe durante todo el año.

Playa de Los Gigantes.

Me vienen a la memoria algunos recuerdos de aquella bandera azul que ondeaba eternamente en la Playa de La Arena por sus aguas limpias desde finales de los años 80. También recuerdo los numerosos charcos azules, el puerto pesquero de Puerto Santiago, donde tiraban flores a su virgen en señal de ofrenda, las ajetreadas zonas comerciales y de ocio nocturno, los grandiosos hoteles de compañías internacionales, las lapas incrustadas en las rocas de la Playa del Guincho y su maravillosa arena donde yo construía castillos y jugaba en la orilla ausente de piedras. Evoco las embarcaciones de todo tipo que constantemente entraban y salían del muelle deportivo de Los Gigantes, aquellos cientos de hombres y mujeres ataviados con neopreno que exploraban los mares en busca del resplandor de los fondos marinos, de siluetas de ballenas, de delfines y calderones.

En este lugar aprendí y sentí lo que era el turismo, en este lugar me enamoré de mi profesión, y gracias a este lugar decidí convertirme en directora de hotel. Este verano, casi dos décadas después, he vuelto a rememorar sensaciones estivales de mi infancia y adolescencia en las zonas costeras de Santiago del Teide. Visité cada lugar y me atreví a colarme en algunos de los magníficos hoteles de antaño. Se nota el paso del tiempo de forma escalofriante. Desde la entrada de Playa de La Arena hasta el final de Los Gigantes se aprecia un deterioro más que importante, sólo se observan “lavados de cara” de algunos buenos establecimientos reliquias del pasado, como es el caso de Stil Los Gigantes, Barceló Santiago y Be Live Playa La Arena. No quiero decir con esto que no se mantengan los estándares de calidad y que tanto el trato a los clientes como el servicio sea el óptimo.

Charcos Puerto santiago

Charcos de Puerto Santiago.

Quisiera hacer llegar una crítica constructiva a los dirigentes del municipio de Santiago del Teide, ya que me pregunto por qué han descuidado y dejado envejecer las zonas públicas, los paseos, las áreas comerciales, la inigualable Playa de Los Gigantes, que aunque ondee bandera azul está llena de grandes piedras y es un peligro auténtico para los bañistas, sin servicios complementarios de calidad, con duchas estropeadas y malolientes, con un chiringuito-restaurante en primera línea playa cerrado a cal y canto de forma sobrecogedora y antiestética. Se observa un caos absoluto del tráfico y zona de aparcamientos, el parking privado en la zona del puerto no soluciona nada, las paredes de las calles se caen a trozos, las esquinas están sucias y sin espacios ajardinados o de descanso. Son numerosos los comerciantes que se quejan del decrépito estado de cada trocito de núcleo turístico y son muchas las acciones que deberían llevarse a cabo de forma inminente para no tener que lamentarnos en un futuro cercano de la imagen que estamos dando en el exterior, tanto física (off-line) como promocional (online), con cientos de turistas que dejan sus comentarios negativos en internet de su paso por la zona, y que si todo continúa de igual manera esta indeseable imagen será muy difícil de borrar.

Según decía Arthur Miller, “el paso del tiempo condena al olvido la memoria de un lugar”, pero yo no me resigno a quedarme sin las exquisitas memorias de mi niñez.

Ahora sólo nos queda ser demasiado exigentes y bastante optimistas para que Santiago del Teide pueda recuperar su resplandor de antaño, porque el brillo de sus olas, la luminosidad de su sol y la majestuosidad de sus acantilados hacen de este lugar la más sublime de las postales naturales.

 

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Guacimara Magdaleno (@MagdalenoG) es socia fundadora de Futurismo Canarias (@fu_turismo) y directora en Futurcan

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