Viajeros de salón hacen visitas virtuales a través de Google Streeet View. Un post de Francis Ortiz para El blog de Ashotel

¡Toma tecnología!

El viajero de sofá

20 Mar , 2017  

Cuando empecé con las visitas virtuales allá por el año 2000, sí, el año del fin del mundo, mis primeros clientes fueron hoteles, museos o atracciones y, por supuesto, destinos. Ojo, cuando digo mis primeros clientes me refiero solo a un 1% de visionarios que aceptaron mi propuesta de realizarles un tour virtual a su hotel, museo o playa. El resto, o disfrutaban de las maravillosas y añoradas garantías de las OTAS o no tenían ni idea de informática y menos de Internet, por lo que no podía enviarles un ejemplo para que lo vieran. Sin embargo, los destinos eran aún más frustrantes, porque los concejales de turno estaban demasiado preocupados en agilizar permisos y ayudar a la promoción del ladrillo que en promover un producto que se vendía solo.

No era algo indispensable

En ocasiones, la respuesta de un cliente potencial era tan peregrina con frases como “¿cómo voy a enseñar el interior de mi hotel, museo o atracción? Lo verá la competencia y me copiará”, o argumentos tan ridículos como “si quieren verlo, que vengan y paguen la entrada o reserven la habitación”. No obstante, para los ayuntamientos y destinos era tan fácil como “no tenemos presupuesto”, mientras se fundían millonadas en rotondas a cada 100 metros, volviendo loco a nuestro querido navegador de Google: “A 30 metros, en la rotonda, continúe recto, a 200 metros, en la próxima rotonda, gire en la primera salida junto a la rotonda, cuando llegue a la siguiente rotonda, en la rotonda, habrá llegado a su destino…”

Las rotondas 

Yo creo que habría que indicar a Google la forma y nombre de cada estatua en cada rotonda, para que al menos sea menos aburrido y nos enteremos de qué diablos simbolizan esos monumentos tan particulares. “Cuando llegue al pingüino amarillo, salga de la rotonda, y a 100 metros, en el superman azul, salga de la rotonda y llegará a su destino”. Vaya, nunca se me había ocurrido hacer una serie de visitas virtuales a rotondas, me lo voy a pensar.

Era barato y sigue siendo barato

Cuando hablamos de realizar un recorrido virtual, no hablamos sólo de mostrar el interior de nuestros espacios, hablamos de una de las más rentables y efectivas inversiones que podemos hacer, rentables porque los 30 o 60 euros que cuesta una fotografía panorámica en 360º es la misma cantidad que costaba hace 17 años, y con 10 o 15 panorámicas de los espacios más representativos de nuestro hotel o costa tenemos más que suficiente para transmitir una idea del espacio y los elementos visuales que encontrarán nuestros visitantes al llegar.  Por ello, el tema presupuesto no es, ni ha sido nunca un argumento válido para una herramienta de promoción como esta.

Sólo hay que mirar a nuestros competidores

Si nos paramos a pensar, podemos ver cómo destinos como Australia, Nueva Zelanda, Nueva York, Sudáfrica o Croacia, entre otros, han puesto en su página principal un precioso catálogo de visitas virtuales antes que la agenda o el vídeo de turno, o cómo Lufthansa ha creado un canal de Youtube dedicado exclusivamente a visitas en vídeo 360º de casi todos los destinos. Sin embargo, vemos que estas son las tendencias y no hacemos nada al respecto.

UEP o propuesta única emocional

En 2007 la Organización Mundial del Turismo definía la propuesta única emocional (UEP) como aquella capaz de identificar una idea simple y clara que nos diferencie para convertir esa idea en la base de nuestra estrategia competitiva. Se trata pues, del soporte que creará una conexión entre el cliente y el destino o entre el cliente y el proveedor de esa experiencia. Hay que crear emociones especiales asociadas a beneficios concretos relacionadas con el producto y que, además, sean impactantes.

Para los puestos en inglés, aquí la tenéis resumida para que os la guardéis en vuestras notas importantes de una vez por todas:

Unique Emotional Proposition, the UNWTO (2007, p.43).

  • A single proposition as emotional trigger
  • Not offered by, or unable to be offered by, the competition
  • Something which the destination has the credentials to deliver on and to exceed client expectations
  • Strong enough to convert lookers to bookers
  • The cornerstone of your competitive strategy and communications

El presente

Podríamos decir que hoy ya tenemos todo, hoteles y destinos con nuestra visita virtual en Google Street View para interiores, ¿no? Nuestros clientes ya buscan en Google nuestro hotel o destino y se pasean por calles, museos, restaurantes y tiendas antes de llegar, van guardando en sus favoritos todos esos lugares que les enamoran visualmente y programan sus viajes en relación a lo que quieren ver y visitar gracias a esa oportunidad de pre-visita que la red les ofrece. La imagen inmersiva no requiere traducciones, no requiere texto, el mensaje está en lo que vemos y sentimos a nuestros alrededor, los más de 150 millones de visores de realidad virtual vendidos sólo en 2016 se están usando cada día por otros tantos millones de ávidos viajeros, quienes desde la comodidad de su sofá entran como visitantes invisibles a todas hora y a todos nuestros espacios.

El futuro

La tecnología actual nos permite ir un paso más allá, dotar de vida esos espacios e impulsar aún más esa experiencia. Ahora podemos tener a un guía local o al relaciones públicas del hotel mostrándonos esos espacios, disfrutando de verdaderas experiencias en primera persona, podemos saltar en paracaídas o volar en avioneta, cenar con una pareja local en un restaurante con vistas o lanzarnos por una montaña rusa mareante. Todas esas interacciones y preferencias son grabadas por la aplicación, facilitando al destino o al proveedor de experiencias datos de inmenso valor sobre lo que gusta o no al potencial visitante.

El efecto wow se multiplica cuando llegados al hotel, o mejor a su salida, se les ofrece como regalo un visor de realidad virtual de cartón (google cardboard, por ejemplo) que cuesta menos de 2 euros y eso convierte al visitante en un perfecto embajador de nuestro producto, llevándose la experiencia a casa para mostrarla a sus amigos e hijos, generando el tan deseado efecto ‘después del viaje’.

Empecemos a preparar ese guión tematizado y esas experiencias inolvidables para nuestros visitantes, hagamos que ese viajero de sofá nos recuerde y nos elija en el momento de la verdad, el de reservar sus vacaciones y pasar del sofá al asiento del avión.

 

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Francis Ortiz (@fortizcrea) es consultor, divulgador tecnológico, experto en destinos inteligentes y director de Creative Arts and Design Studios

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