Un año más, un Fitur más, un repaso sin acritud de la mayor feria de turismo del mundo (o eso dicen algunos). Esta edición parece que ha batido todos los récords, tanto de asistentes profesionales, como de público y en número de stands de destinos y empresas. En cuanto a lo que a mí me toca, que es valorar si la tecnología acompaña esas cifras mareantes, pues esta es mi percepción, que es mía, personal e intransferible, y si no les gusta, tranquilos, tengo otra a su medida.
Ya desde la apertura se nos mostró la realidad de Fitur un año más: una wifi saturada, como siempre, inhibidores activados durante media mañana hasta que se marchó el último representante de las élites, y los siempre evitables problemas de la total y reincidente incapacidad de Ifema de mantenerse al día en los más básicos temas tecnológicos y conectividad.
Una vez solucionados los aspectos de acceso a internet de los sistemas que requerían de ello, pude dedicarme a recorrer los pabellones, y mis paseos me permitieron constatar que, más que una feria de turismo, esta edición de Fitur parecía más una convención de fabricantes de pantallas LED. Pantallas por todos lados, de gran formato, de mega formato, de ultra-mega formato, curvas, con formas, volumétricas, en el suelo, en el techo, incrustadas y colgantes, paneles, parte de paredes y paredes completas de pantallas gigantes. Todas ellas mostrando contenidos (vídeos) que, en muchos casos, no estaban diseñados para reproducirse en esos formatos, con producciones de formato ancho en pantallas demasiado estrechas, que mostraban personas comprimidas, estrujadas y esbeltas o, en otros casos, vídeos en formato 4 tercios, reproducidos en paneles extra anchos, cuyo resultado era vídeos promocionales de cadenas y destinos que parecían salidos de un anuncio de prevención de la obesidad. Atención recibieron, sí, pero no sé si era la que buscaban.
Hablando de ello, la falta de atención a los contenidos mostrados en las pantallas fue directamente proporcional al tamaño y coste de estas, lo que demuestra una vez más que la previsión no ha sido nunca un fuerte en el sector, y que se prefiere invertir en algo grande y costoso que en producciones pensadas y elaboradas con mensajes sugerentes y emocionantes. Claro, eso requiere invertir durante el año para grabar recursos, pagar a profesionales, figurantes, actores, músicos, guionistas y editores, generar trabajo, vamos. Demasiado complejo, mejor «pongamos el vídeo este que usamos para aquello y si ya eso pues tal».
A nivel tecnológico, más de lo mismo: si no contamos los miles de metros cuadrados de LED, que para mí no cuenta hoy por hoy como tecnología, sino como equipamiento audiovisual, pudimos ver, como también vimos en las dos últimas ediciones de Fitur, docenas de visores de Realidad Virtual, algunas experiencias (de nuevos sobre pantallas LED) de Realidad Aumentada en forma de Photocall Interactivo, como el de Japón, en el que me harté de reír, probándome un kimono y un traje de samurai.
La innovación se pudo ver sobre todo en destinos y de la mano empresas como Crea Solutions (productores de contenidos en Realidad Virtual, Aumentada y Mixta) en cuanto a establecimientos hoteleros, poca diferencia en términos de innovación, lo que demuestra que Fitur no es para nada un espacio donde competir para demostrar nuestro nivel de madurez o capacidad de sorprender, sino más bien un espacio de reuniones entre viejos amigos, nuevos partners y relaciones laborales, entrevistas, acuerdos, cafetitos, corte de jamón y muchas, muchas horas de moqueta.
Mención especial fue la presentación (de nuevo en una mega pantalla LED) de Barceló Hoteles y su nuevo hotel insignia: el Corales Suites, ya terminado y a punto de inaugurarse en Costa Adeje, para el que unos muy buenos amigos y colaboradores, Emotion Technologies, montaron una espectacular experiencia inmersiva en su recepción. Utilizando vídeo mapping, técnicas avanzadas de iluminación y proyección 3D láser, más una enorme dosis de creatividad, imaginación y profesionalidad. Ya predigo, sin miedo a equivocarme, que asistir a los pases programados de esa experiencia única se convertirá en un atractivo en sí mismo de este nuevo y espectacular hotel de Tenerife y de la propia zona.
La aportación de Crea Solutions en esta edición, aparte de la colaboración con Emotion Tech en el stand de Barceló, consistió en el desarrollo de varias aplicaciones para pantallas interactivas táctiles, aplicaciones de Realidad Virtual para Destinos, mapas y callejeros aumentados y diversos contenidos audiovisuales (a la escala adecuada) para varias pantallas LED de diversos (todos grandes) tamaños. Mención especial merece el clip que realizamos para la muestra gastronómica y experiencia culinaria de Pablo Pastor en el stand de CMT Canarias o los vídeos de Eventos y Ocio y la app de Realidad Virtual en vídeo 360 3D estereoscópico para el stand de Costa Adeje en Fitur Eventos.
En conclusión, una nueva edición de Fitur marcada por un aumento de visitantes y stands, poca innovación en términos reales, muchas promesas de inteligencia artificial y domótica avanzada que no termina de verse ni palparse, mucho Big Data y sensorización en destinos, que quedan sólo en micro proyectos piloto y poca cosa más, aparte de miles de metros cuadrados de LED, pies quemados por la moqueta para todos y resacas apoteósicas para muchos.
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