La obra editada por la tinerfeña Kinnamon en su sección de Gastronomía, con diseño de Javier Alberto y una tirada de 1.500 libros, contiene recetarios (casi sesenta) rescatados de diferentes fuentes, desde chefs, historiadores, estudiosos de la culinaria de las Islas y anónimos. La presentación de este manual gastronómico está previsto, como se ha dicho, para el 14 de noviembre en la sede de la ONCE en Santa Cruz de Tenerife.
Perdón la broma, pues mi pretensión no es emular a Francisco Umbral aquella vez que espetó a Mercedes Milá: “Yo he venido aquí a hablar de mi libro”. Aprovecho este espacio que cada mes me brinda Ashotel para difundir la presentación de una obra que no considero mía en el amplio sentido de la palabra, aunque lleve implícita mi pasión y mi firma, claro.
Primero, quiero resaltar el protagonismo de los editores que me formularon el encargo. Yo, en la nota de agradecimiento en el libro (que al parecer será la punta de otros que habrá en el futuro en la sección de Gastronomía de Kinnamon) soy rotundo: “No sólo escuché la propuesta para acometer el compendio de indicaciones culinarias de antaño: percibí ilusión, expectativas, la invitación a internarme más aún en vericuetos que alcanzan los orígenes de la cultura culinaria de un Archipiélago diverso pero único como el que saboreamos”.
En realidad, con cada texto expongo con una redacción amena, alegre y práctica, el objetivo de Kinnamon de homenajear a todo ese patrimonio cultural que es la gastronomía del pueblo canario.
El día 14 es la presentación, se nota la ilusión, la emoción de una joyita que podrá encontrarse en las librerías. Por cierto, que no es para lucir en la librería: se trata de ponerse entre ollas y calderos para volver a percibir los aromas y sabores de preparaciones con marca canaria de antaño.
Además de la delicia que supone elaborarlos, el lector puede recrearse con el ingenio de antaño con recetarios en ocasiones desprovistos de géneros (por razones obvias), pero que resultaban sabrosísimos con el ardid de aquellas abuelas y madres que hacían magia frente a la escasez.
Caso de un fiambre de paloma, una gallina a la Meregilda, unas caballas con fideos, el turre de trigo o incluso unas tortas de helechos, con impronta de cada isla.
“Desde Kinnamon queremos ayudar a no perder la alegría de la preparación de una comida familiar, apoyar a que no se pierdan los olores, sabores y aromas de las cocinas de quienes de una forma un otra han influenciado en nuestras vidas”, escribe en el prólogo José Luis Zubieta, presidente de la Real Academia de Gastronomía en la provincia tinerfeña y del Club Gastronómico de la Cámara de Comercio santacrucera.
Francisco Belín, gastronomía, indicaciones culinarias, Kinnamon, libro, manual gastronómico, presentación, Recetas antiguas de Canarias
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