Una impresionante imagen del Teide y tres mujeres a la fuga. Así es la primera escena de la última megaproducción de Netflix rodada en las islas, Sky Rojo. A poco más de un año del inicio del Gran Confinamiento, esta superproducción rodada en nuestras islas, con una audiencia potencial de 198 millones, se ha estrenado en una de las principales plataformas audiovisuales del mundo. Junto a ella, The One (Netflix) y La templanza (Amazon Prime), también verán la luz esta semana. El cero turístico intermitente que hemos vivido este último año parece encontrar en la industria cinematográfica una audaz aliada, que puede ser clave en la reconstrucción del sector en el Archipiélago, a la vez que, paralelamente, ayuda a diversificar la maltrecha economía canaria.
No cabe duda de que hemos vivido un año terrorífico, a nivel social y sanitario, pero también económico, dentro y fuera de las islas. Como ya es de sobra conocido, el turismo representa el 35% de la riqueza de Canarias y genera en torno al 40% del empleo de forma directa. Tras un año con los hoteles casi completamente vacíos y una Semana Santa que dependerá básicamente del turismo insular, se ha cumplido el peor de los escenarios para el sector, sin temporada de invierno y, muy probablemente, tampoco de primavera. No es de extrañar que el PIB de las islas se haya contraído el doble que el nacional en 2020, con aproximadamente un -20%. Ante ese panorama, solo cabe esperar que el ritmo de vacunación alcance el ritmo óptimo para verano, tanto dentro, como fuera de Canarias, para que la reactivación y la esperada recuperación pueda comenzar a producirse en 2021, tal y como se ha previsto en los últimos informes.
En este contexto, la producción audiovisual en las islas puede jugar un papel muy relevante, tanto por el potencial de crecimiento del sector y la consecuente diversificación económica del archipiélago, como por su capacidad de promocionar y dar a conocer las islas a un público potencial de cientos de millones de personas alrededor del mundo, gracias no solo a la proyección en salas de cine, sino especialmente gracias a plataformas de la talla de Netflix, HBO o Amazon Prime. Como el resto de los sectores, la industria cinematográfica de las islas también ha sufrido un duro golpe en 2020, estimando las pérdidas en 30 millones (aproximadamente la mitad de lo que genera en un año normal), lo que dificulta a su vez la reactivación económica de este sector y su potencial capacidad de contribuir al crecimiento de otros.
Para que las producciones audiovisuales continúen su prometedor crecimiento del último lustro, nuestro territorio debe seguir consolidándose como un espacio privilegiado de rodaje, no solo por sus escenarios y luz únicos, sino también en clave financiera. Nuestro archipiélago es, actualmente, el que mayores incentivos fiscales ofrece a los productores a escala planetaria a este respecto, al haberse aumentado, por un lado, 5 puntos porcentuales las deducciones, -alcanzando el 50% para el primer millón y el 45% para el resto- y, por otro, el límite máximo a deducir, que pasó de 5,4 a 18 millones. Todo ello significa que el productor puede llegar a ahorrarse el 40% de los costes de producción, siempre y cuando sea capaz de cumplir los requerimientos exigidos por la normativa para acogerse a dichos incentivos específicos para las islas, cuya piedra angular reside en poder atraer inversores privados locales, ya sean personas físicas o jurídicas.
El cumplimiento de la normativa aplicable a través del diseño de una estructura financiera robusta es fundamental para las producciones que se filmen en Canarias. Mientras que la atracción de capital local pasa, a su vez, por la consolidación del cine como instrumento de planificación fiscal en las islas, algo que ya ha venido ocurriendo en los últimos años. No es de extrañar: los inversores en audiovisual pueden generar con sus aportaciones rentabilidades financiero-fiscales superiores al 25% anual. Este entramado requiere para su correcto funcionamiento del tándem generado por una firma legal especializada en cine y una firma de servicios de inversión regulada e independiente. Es por ello que desde Cross Capital iniciamos esta actividad junto con Andersen hace cuatro años, con varias producciones de éxito a nuestras espaldas (Solo, El mejor verano de mi vida, Hasta que la boda nos separe, Superagente Makey…). Somos de la opinión de que el futuro de la industria audiovisual en las islas es sumamente relevante para su economía y que los inversores canarios pueden convertirse en la pieza clave para ayudar al crecimiento de un sector capaz de generar riqueza y trabajo, además de permitir promocionar las islas por todo el mundo.
*Imagen destacada: fotograma de la serie Sky Rojo, de Netflix.
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