Y al final hubo chanelazo. Mucho la criticaron en su día por el supuesto tongo y por la letra, poco feminista, según dicen. Yo particularmente creo que lo que debería buscar el feminismo, y por ende las organizaciones políticas y la sociedad en general, es el derecho a hacer –dentro de un orden y unos límites– lo que le salga a uno de la chorra (no se escandalicen, me refiero a la acepción de la RAE de un “trozo de tierra que queda sin arar por haber un peñasco u otro obstáculo”) y a que a todos nos traten de la misma manera y nos den las mismas oportunidades, independientemente de raza, género, religión e inclinaciones sexuales. Por eso si una mujer se puede permitir y se siente realizada siendo una sugar baby, rompiendo corazones y bolsillos  por doquier porque la chica lo vale pues adelante, que lo haga. No creo que eso sea antifeminista, muy al contrario, lo feminista es que lo pueda hacer por elección propia y para su beneficio particular.

Por eso tampoco le veo fundamento al rechazo de la ministra de Asuntos Económicos y vicepresidenta primera del Gobierno de España, Nadia Calviño, a hacerse una foto con los organizadores del Madrid Leader Forum por ser hombres. Resulta una contradicción combatir una supuesta injusticia con otra y dar importancia al género justo cuando y donde se pretende que no la tenga. Entiendo yo que la señora Calviño no fue invitada a la primera edición de ese foro por ser mujer, sino por su condición de ministra. Entiendo también que la foto iba a ser con los organizadores de ese evento por el hecho de serlo, pero ella solo vio hombres. Los cosificó. Justo lo que el feminismo combate. Al simplificar tanto el filtro podría estar rechazando también, sin saberlo, a un gay, a un musulmán, a alguien con diversidad funcional, a un trans o a alguien que nació en un barrio de chabolas. Alguien de gran valía y sobrados méritos para formar parte de esa foto y que pudo sufrir a lo largo de su vida tremendos obstáculos para lograr sus objetivos, más quizá que los que sufrió la ministra como mujer, como para que llegue ahora ella y los desprecie de esa manera.

También puede tratarse de hombres, sin más, que simplemente se han currado como nadie el estar hoy ahí. Porque esa es la cuestión, que no debemos juzgar ni prejuzgar por la condición de las personas, sino por sus logros y valía. Peligroso precedente se ha establecido, por el que ahora el Ministro del Interior podría negarse a retratarse con gente heterosexual para visibilizar la discriminación al colectivo gay. Para colmo, al final del evento sí acabaron haciendo la foto porque añadieron a una mujer que, si bien seguro que es estupenda profesional, no estaba prevista inicialmente en la instantánea, no por ser mujer, sino porque su posición en una de las organizaciones anfitrionas no lo justificaba. Así que en realidad también fue cosificada. La discriminación nunca es buena, ni siquiera la mal llamada positiva.

Entiendo perfectamente que la señora ministra lo que pretendía es visibilizar una situación que ella considera injusta, lo mismo que las cuotas intentan promover la contratación o elección de mujeres en determinados puestos y posiciones. Pero no creo que este tipo de gestos ni medidas sean la solución. Lo que hay que cambiar es la mentalidad de la sociedad, lo cual no es tarea fácil en absoluto, pero la meta debe ser que gane siempre el mejor, sea hombre o mujer, hetero o gay, chino o chicharrero. Creo que el mundo del turismo en general y el hotelero en particular es bastante modélico en este sentido (aunque como todo en esta vida seguro que mejorable), pero mientras haya empresas (o asociaciones o gobiernos) que descarten o seleccionen a un candidato únicamente por su sexo, quedará todavía mucho por hacer. Y muchas fotos por sacar. Así que de momento sonrían y digan: whiskyyyyyyyyyyyyy…

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Fernando Josa Marín es director de hotel

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Un comentario

  1. Marco Arru dice:

    De acuerdo contigo Fernando, el foco debe ser el mérito. El resto es cosificar y también a la larga producir el efecto contrario al buscado (e.d. seguir discriminando)

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