Dicen que sonreír alarga la vida y por eso siempre digo que en el área de Animación tendremos una vida eterna. Hoy damos a conocer cómo es el día a día de un animador turístico en un establecimiento vacacional, quien se ocupa de organizar y planificar actividades turísticas y de intercambio cultural, social, ecológicas, artísticas, manuales, infantiles, intelectuales y deportivas entre todas las personas que disfrutan de su estancia en los establecimientos turísticos.

Para los animadores turísticos la temporada alta es como el sold out para los artistas, cuanta más gente haya en el hotel, más participación en las actividades y mayor entretenimiento en el desarrollo del trabajo diario. Cada día es un reto diferente, por eso se considera el trabajo menos monótono del mundo.

El día comienza pronto, pero con diversión. Aquí es cuando te dices a ti mismo “el reto que se presenta hoy es maravilloso”. En esta situación, el material del que dispongas, las instalaciones, el planning de actividades y demás recursos físicos quedan en segundo plano. La diferencia entre que la gente esté entretenida y que además de ello disfrute reside en la aportación personal de cada animador/a.

Como cada día, lo primero es la reunión con el equipo. El responsable establecerá los roles de cada uno de los animadores, los dividirá por grupos de edades de las actividades diurnas y establecerá la organización de ensayos, minidisco, turnos de cena y el espectáculo de la noche.

Comenzamos en el área de piscina bailando con todo el equipo nuestra canción corporativa de animación. De esta manera, damos los buenos días a todos los huéspedes y presentamos el programa de actividades que podrán disfrutar a lo largo de la jornada.

Estimular la participación. Es importante encontrar otras formas de atraer participantes y reformular la manera de amenizar la actividad. Ahora más que nunca el juego establecido es un apoyo que tiene el animador para hacer que la gente se divierta y no al revés.

Tenemos un tiempo estimado para ejecutar cada actividad diurna. La puntualidad y eficiencia es muy importante para no salirnos del guion que viene ya marcado por un programa de actividades al que los huéspedes tienen acceso. Todas estas actividades las tendremos que amenizar de una forma divertida y amena.

Informamos de las actividades nocturnas. Al finalizar las actividades diurnas, solo queda despedirnos sin dejar de presentar y promocionar las actividades y espectáculos que tendremos esa noche.

Llevar un control de los participantes. Es imprescindible llevar un control en una hoja de registro sobre el número de participantes que hemos tenido en cada actividad. Esto nos ayuda a saber qué actividades están funcionando en el hotel y cuáles no tanto.

Los más pequeños también disfrutan de la noche. Al terminar la tarde, comenzaremos con la disco para los más pequeños de la casa, donde bailan, cantan y juegan con todos. Esta actividad es clave, la considero de vital importancia, porque añade un valor diferente a lo que se hace el resto del día y convoca en el mismo espacio a padres, madres hijos e hijas. Al finalizar la minidisco, la mascota del hotel juega un papel muy importante.

Disfrutamos de la animación nocturna. Los animadores/as se encargarán de la entrega de diplomas a los ganadores de las actividades diurnas. Además, realizan la presentación del músico y del espectáculo, encargándose de la iluminación, sonido y del espectáculo principal.

Conocer el feedback del cliente. Terminamos la noche hablando con los huéspedes para ver cómo se lo han pasado y si han disfrutado del programa de animación diurno y nocturno.

Después de conocer el día a día de un animador en un establecimiento turístico, estoy seguro de que querrás unirte a la profesión más divertida del mundo.

¡Te esperamos!

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