A falta de los datos que no conoceremos hasta enero, acaba el año con unos excelentes resultados turísticos para el país y el Archipiélago. Hasta octubre, la entrada de turistas internacionales había crecido un 4,8% en España y 2,5% en Canarias (FRONTUR). El gasto turístico había crecido un 8,2% en España (EGATUR) y un 2,7% en Canarias (ISTAC), continuando la senda positiva de los últimos años. Todo parece indicar que el movimiento económico que genera el flujo turístico hacia nuestras las Islas sobrepasará ampliamente los 12.500 millones de euros.
Los resultados de Tenerife no son tan positivos pero tampoco son, ni mucho menos, preocupantes. Según los indicadores de Turismo de Tenerife del mes de octubre, se había producido un ligero retroceso interanual en el número de turistas alojados (-0,3%) y las pernoctaciones (-0,5%), aunque dada la caída en las plazas (-0,7%) la ocupación ha mejorado ligeramente (0,9%). En cuanto al gasto turístico, los datos son positivos: hasta septiembre, había subido un 5,0% hasta llegar a los 1.078 euros por turista, una evolución que seguramente tenga mucho que ver con el comportamiento de la clientela de 5 estrellas. Aplicando este gasto medio a la afluencia de enero a octubre tendríamos un gasto turístico total de 4.424 millones euros, de los que 1.533 serían de gasto directo en Tenerife. En cualquier caso, no son datos definitivos y probablemente el balance final mejore, ya que los dos meses que faltan a estos datos han dado buenos resultados en años anteriores.
Obviamente, estos resultados agregados no contentarán a todos. Habrá a quien le parezca mal que Canarias crezca menos de lo que lo hace el resto del país, porque siguen creyendo en el peligroso mantra de cuanto más mejor. En otra entrada anterior en este blog ya planteé que esta idea de que el número de turistas puede seguir creciendo hasta el infinito no solo es falsa, sino que también es perniciosa. A otros les preocupará que el volumen de pernoctaciones (en definitiva, la ocupación de la oferta alojativa) vaya a menor ritmo que el número de turistas. Resultan cuando menos curiosas estas persistentes lamentaciones, ya que la oferta alojativa canaria (en particular, la hotelera) presenta parámetros de ocupación bastante mejores que la del resto del país. Tanto en el periodo invernal, donde nuestra ocupación hotelera no baja del 60% mientras que en España cae por debajo del 40%, como en el periodo estival, donde seguimos manteniéndonos por encima de la tasa de ocupación española. De hecho, los datos del siguiente gráfico apuntan a que estamos teniendo el mejor cuarto trimestre en ocupación de los últimos años.
Otra crítica puede venir del creciente desfase entre el gasto turístico en origen y el gasto en destino que se puede apreciar en el Gráfico 1. Cada vez me gusta menos este indicador, ya que una parte importante de lo que el turista gasta en origen viene a pagar productos y servicios del destino y buena parte de los que se gasta en las Islas va a comprar mercancías producidas fuera del Archipiélago. En una economía globalizada cada vez tiene menos sentido esta distinción, pero ciertamente el indicador nos muestra que algo no funciona del todo bien en la locomotora de la economía canaria.
Profundizando en esta idea, quizás lo peor del año sean los resultados en lo referente al empleo. Aquí la fuente que usaré es la EPA, que tiene ventajas e inconvenientes que trataremos en otra ocasión. La mala noticia es que Canarias no solo no ha vuelto a recuperar los 200.000 ocupados turísticos que llegó a tener en el tercer trimestre de 2011, sino que muestra una tendencia decreciente y una mayor variabilidad en la utilización de este input clave de la producción turística. De hecho, el único indicador que muestra una evolución favorable en este ámbito en los últimos años es el del número de asalariados con contrato temporal, que ha pasado de 54.336 en el tercer trimestre de 2012 a 71.618 en el mismo periodo de 2013, aunque sin alcanzar los 77.811 que tuvimos en 2011.
No me gusta esta imagen de un sector turístico canario que atrae a más turistas, llena sus alojamientos y mueve más dinero pero crea menos y peor empleo. Podría decirse que nuestra particular locomotora económica tiene cada vez más vagones pero lleva menos pasajeros. Algunos pueden señalar que tras la crisis nuestro sector turístico es más eficaz (genera más output con menos input) pero otros pensamos que quizás el turismo está haciéndose menos rentable socialmente. Mi particular propósito para el próximo año es que este debate se plantee, aquí o donde sea, con la seriedad y responsabilidad que merece. Felices fiestas a todos.
Canarias, datos estadísticos, EGATUR, empleo turístico, FRONTUR, gasto turístico, ISTAC, ocupación turística
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