Voy a hacer honor, una vez más, al pueblo de Los Abrigos, en Granadilla de Abona, como referente de gastronomía marina y buen hacer, de mezcla de tradiciones unidas a la  interculturalidad de los vecinos que vivimos allí y, cómo no, de un paisaje desolador con alcantarillas sobresalidas, líneas amarillas de obras no terminadas y escombros distribuidos por diferentes puntos del distrito.

No sé qué fue exactamente lo que trajo a la canciller alemana, Ángela Merkel, a este lugar desconocido hace ya algunos meses; desconocido incluso para muchos residentes tinerfeños y canarios. Quizá la líder europea vino a conversar con el alcalde del municipio, con el fin de promover su mejora y retomar la rehabilitación de infraestructuras del entorno por medio de una inyección económica. O quizá vino para recrearse con un espacio típico canario costero del sur de la isla, o simplemente para degustar la gastronomía del lugar, de la cual se habla desde Fasnia hasta Guía de Isora, como referente de pescado fresco.

Sinceramente, cuando supe que Ángela Merkel visitó el lugar por su gastronomía, me ahondó un sentimiento de vergüenza al pensar que desde un importante centro de decisión de Europa tuvieran que tropezarse con una vía de circulación nefasta, un cúmulo de desperdicios de una obra sin terminar, con improvisadas rotondas con pivotes de plástico y espacios reservados para árboles o similares con un vacío inigualable, donde lo único que nace es mala hierba.

Sentimiento de desolación, sentimiento de abandono, sentimiento de que si desde la Europa más poderosa vienen representantes a Los Abrigos, cómo es posible que el Ayuntamiento y el Cabildo  crean que con una vieja guisada y dos papas arrugadas con mojo y vinagre tinto todo se olvida. Quizá crean que al salir del pueblo con el estómago lleno, estos representante europeos no se fijaron en la precariedad de circulación y el feo efecto visual. Solo dirán algo así como «Oh! Very good fish!»

Gracias por visitarnos, señora Merkel. Me encantaría que hubiera podido concertar una reunión con Alcaldía para tratar de dar soluciones de retorno de las obras públicas en la avenida; seguro que habría sido de agradecer por parte de los vecinos del lugar.

Sin más,

Reciba un cordial saludo.

Ángela Merkel, gastronomía, Granadilla de Abona, inyección económica, Los Abrigos, rehabilitación

Alberto Martínez Rodríguez es ‘couch’ ejecutivo del sector hotelero y formador ocupacional en hostelería

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