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El ahorro de agua como iniciación a la sostenibilidad energética del hotel

1 Jun , 2016  

Si la crisis nos ha hecho entender el papel del ahorro energético en la reducción de costes a la vez que nos situaba en unas circunstancias difíciles para afrontar económicamente su adopción plena, ahora que la situación está resultando ser algo más favorable es el momento idóneo de dar el paso para aquellas empresas que aún no se hayan planteado encajar sus procedimientos en la dinámica de la eficiencia y el ahorro energético. Y lo es por varios motivos.

Primero, la razón más obvia, porque es una inversión que tendrá por respuesta un retorno en el ahorro y es conveniente hacerlo cuando se presenta la oportunidad.

Segundo, porque será inevitable, ya que la Unión Europea está esperando a que pase la incertidumbre económica de la crisis para volver a apretar las tuercas en política medioambiental a los Estados más rezagados como el nuestro, que harán otro tanto con las empresas y usuarios.

Tercero, porque tras la crisis está madurando una nueva generación de clientes más concienciada que en sus patrones de consumo introduce decisiones de tipo ético, y no serán indulgentes con las muestras de desinterés respecto al medioambiente.

Las estrategias de ahorro y eficiencia energética y otros recursos deben ser planificadas de manera global y surgir a partir de procesos de auditoría profesionales. Se centran no solamente en la implantación física de mejoras en las instalaciones, sino que una parte importante y muchas veces relegada queda la formación y concienciación de todo el equipo humano y la búsqueda de complicidad con el cliente. De hecho, éste debería ser el primer paso para una implantación eficiente y duradera.

En el caso que nos ocupa,  el ahorro de agua no ha gozado de una imposición normativa tan acusada como el ahorro de energía, cosa inexplicable si se piensa en los graves problemas de abastecimiento que sufre de manera cíclica nuestro país y más concretamente nuestras islas. Más bien el asunto ha quedado en algunas normas a nivel local o en recomendaciones por parte de las administraciones regionales, pero también nacional.

En el caso del sector hotelero en Canarias, el Manual de buenas prácticas para la mejora de la eficiencia energética de los hoteles de Canarias, promovido por la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos y el Gobierno de Canarias, considera el ahorro de agua como un aspecto más de la eficiencia energética y le dedica hasta tres capítulos. Se trata de un manual básico pero sencillo, además de útil para una primera evaluación y corrección de las instalaciones.

A modo de resumen, el consumo de agua en un hotel medio puede dividirse grosso modo en tres apartados: consumo doméstico, riego de jardines y abastecimiento de piscinas y spas.

El mayor de todos es el consumo doméstico, que se divide a su vez entre consumo para servicios (restaurantes, cocinas…) y consumo en habitaciones. Este último se lleva la palma entre agua fría y caliente y, curiosamente, el cliente no es siempre el mayor responsable, sino que se lo reparte con el servicio de limpieza de habitaciones.

En este punto el control de los enclaves de abastecimiento es crucial y permite una disminución notoria en el apartado de consumos domésticos. En primer lugar, el mantenimiento de su buen estado. Un punto que gotea puede malgastar al año unos 9.000 litros de agua. La revisión de cisternas y grifos debe ser parte de la campaña de mantenimiento preventivo regular. En cuanto a la implementación de dispositivos de reducción de consumos, esta es una de las acciones correctivas más sencillas y rápidas de acometer. La instalación de cabezales reductores de caudal en grifos y duchas se ha demostrado que es la solución más eficaz y son varias las empresas que los fabrican y comercializan.

Por ejemplo, la casa alemana Hansgrohe ha desarrollado un reductor de caudal especial que se adapta a la presión discontinua del agua y que sin disminuir prestaciones consigue un caudal de 5 litros por minuto, lo que supone aproximadamente un 60% menos del consumo de un grifo medio. Junto al sistema, se ha desarrollado un testeador que mide el consumo real de un grifo antes y después de la instalación del reductor para que el usuario evalúe el impacto y decida si le compensa su instalación. Se trata de uno de los dispositivos más eficaces disponibles actualmente.

Este sería un inmejorable comienzo para aquellos que aún no han iniciado el paso hacia la sostenibilidad energética de su hotel. Como viene siendo habitual, el resultado de este  proceso animará a dar los siguientes pasos.

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Carlos González Cuenca es responsable de Edificación e Infraestructuras de Las Chafiras S.A

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