Talentos con talante

La comunicación empática

19 Jun , 2020  

La comunicación no violenta, también denominada comunicación empática o comunicación compasiva, es un modelo desarrollado por Marshall Rosenberg que busca que las personas se comuniquen entre sí y también cada uno consigo mismo con empatía y eficacia. La conciencia de uno mismo es la facultad sobre la que se erige la empatía, puesto que cuanto más abiertos nos hallemos a nuestras propias emociones, mayor será nuestra destreza en la comprensión de los sentimientos de los demás.

De esta manera, la empatía nos permite saber lo que sienten los demás, afecta a un amplio abanico de actividades y su ausencia genera una interrupción en los canales de comunicación, originando dificultades en la gestión y el trabajo en equipos. Por ejemplo, si no hay entendimiento, si no hay comprensión, el consenso a la hora de realizar una tarea se complica. Sin empatía se eleva la probabilidad de que surjan problemas en la organización, como puede ser la poca productividad y/o los conflictos internos.

¿Cómo desarrollar una comunicación empática?

  • Poniendo atención en nuestro lenguaje y en el uso que hacemos de las palabras. Uno de los principios clave es la capacidad de expresarnos sin usar juicios sobre lo que está bien o mal, sobre lo que es correcto o incorrecto. Permitiéndonos reestructurar nuestra forma de percibir, comprender y comunicarnos con nosotros y con los demás. Poniendo atención en hacer uso del lenguaje consciente, con respuestas con una base firme sobre lo que percibimos, sentimos y deseamos de manera real.
  • Manteniendo una escucha activa. Escuchar al otro de tal forma que no le juzgas ni interpretas o valoras, sino respetando su punto de vista aunque no lo compartas.
  • Desarrollar una actitud de apertura manteniendo una predisposición a escuchar ideas o pensamientos opuestos o diferentes a los nuestros.

La comunicación empática requiere de un esfuerzo personal, pero los beneficios que se obtienen son muchos, como tener organizaciones más asertivas, eficientes y éticas, así que merece la pena el esfuerzo y el trabajo previo.

Cuando las organizaciones están orientadas a la satisfacción del cliente, como es nuestro caso, si no tenemos integrada esta necesidad y sus beneficios convertirnos en organizaciones eficientes con equipos productivos y proactivos y con clientes fidelizados resulta complicado.

Como dice un proverbio chino,  «hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida».

¿Nos ponemos a ello?

 

 

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Marisol Bardón es directora de Formación y Empleo de Ashotel y autora del blog #AhoraYo.

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Un comentario

  1. mortadelo dice:

    A ver cómo los hoteleros empatizan su bolsillo con La Naturaleza..fff

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