Los lunes al sol es el título de una película española, dirigida por Fernando León de Aranoa, que contaba el efecto de la reconversión industrial de Vigo, donde la mayoría de las personas que trabajaban en el sector naval pasaban sus días sin perspectivas de mejora, y que lo único destacado era pasar todos lunes tumbados al sol.
Llevamos ya más de un año en medio de un particular Groundhog Day (día de la marmota), donde cada vez que nos despertamos parece que nada ha cambiado –ni siquiera el sol–: el dichoso ‘bicho’ sigue presente sin visos de desaparecer, las actividades diarias siguen condicionadas por normas que se han hecho deprisa y corriendo, –y así estamos–, y la economía ligada al turismo sigue en un “¡¡Carlos, trata de arráncalo, por Dios!!”, Luis Moya dixit, sin tener en cuenta lo que hagamos el día anterior, a la mañana siguiente vemos que todo sigue igual.
Nuestro querido sector del turismo se intenta reinventar cada día con nuevas acciones, preparando los establecimientos para cuando volvamos a tener una afluencia de clientes que nos permita tener esa nueva normalidad que tanto añoramos; y eso que sé que muchos compañeros ni siquiera han podido reabrir sus puertas desde hace más de un año por una falta total de demanda en los destinos donde tienen sus establecimientos.
Y dentro de esas acciones creo que hay una que sí puede ser que nos dé un amanecer diferente al día siguiente (Phil, ¡decide ya cuándo se acabará este invierno, ¡por favor!). Y mira tú por dónde, esas acciones vienen por que nos obligan a estar confinados –encerrados suena mucho más a castigo, ¿no creen?–, pero no nos obligan a dejar de trabajar, que hasta ahí podríamos llegar. Lo de tumbarse al sol, va a ser que no.
Pues eso, ya puestos a estar confinados sin poder relacionarnos con nuestros amigos, familiares y compañeros, –agradables y desagradables, que de todo encontramos en nuestra empresa–, hemos descubierto que el mismo trabajo que hacíamos sentado en una oficina lo podemos hacer en cualquier otra parte del mundo; eso sí, también sentados, que no se trata de lograr una prueba de resistencia del tipo ‘cuántas horas puedes permanecer en pie’. Y además, para empezar a trabajar a las 09:00 y terminar a las 17:00, cuando desde las 23:00 hasta las 05:00 puedes hacer casi lo mismo, sin que nadie te distraiga. Vamos, que es como volver a la época de estudios en la Universidad, en la que te tirabas horas de madrugada y rendías más que todo el resto del día (al menos yo).
Happy Wor2king es una de las acciones que hemos implementado en R2 Hotels para convertir los establecimientos que tenemos abiertos en Canarias en tu nuevo despacho, ya sea con un compañero que se viene contigo, o simplemente convertir tu actual oficina con vistas a la Diagonal de Barcelona, a los edificios de La Défense de París o al Potsdamer Platz de Berlin a otra con vistas a las playas de Canarias –sobre todo en Fuerteventura y en Lanzarote–. Queremos cambiar la forma de trabajar y los hábitos para el afterwork; nada de running alrededor del parque de tu casa, haz running sobre la arena junto al mar, rutas ciclistas por carreteras y pistas casi vacías, horas de kitesurf o surfing y conocer, con mucho más tiempo, el resto de lugares que ofrecen las islas.
Por supuesto, el ofrecer una nueva ubicación para ese trabajo, que se puede hacer en cualquier parte del mundo –con internet, por supuesto– lo pueden ofrecer otros muchos lugares, lo importante es que el trabajador se sienta a gusto y que complete sus objetivos laborales, que aquí se trata de producir y generar resultados, no de tumbarse al sol.
Recuerdo hace unos años, que trabajé en uno de los primeros espacios de coworking de Tenerife. La experiencia fue buenísima. Estos espacios se han ampliado con los años –ya hay más de 50 en toda Canarias, según datos de la Asociación Canaria de Espacios Colaborativos–, y es una gran alternativa no solo para empresas, sino para trabajadores técnicos que buscan un espacio individual, pero sin el aislamiento que supone teletrabajar todo el tiempo desde tu propio salón. El teletrabajo en hoteles turísticos es ese nuevo espacio de coworking que ofrece servicios típicos de los hoteles urbanos, pero con las ventajas de un resort frente al mar.
Acciones de este tipo, tal y como se han propuesto desde Promotur, ayudan en todos los momentos del año, y no solo en situaciones de pandemia. Los espacios de coworking que hay en las principales ciudades de Canarias están todos completos, pero es necesario ofertar también estos nuevos espacios desde los propios hoteles, y no solo para los trabajadores extranjeros; también podemos ofrecerlos a aquellos profesionales locales, ya que atraer a personas es mucho más fácil que atraer a empresas. En palabras de Nacho Rodríguez, fundador de Repeople, “el trabajo remoto puede lograr que un destino que se empieza a conocer por el teletrabajo, atraiga a muchos más en el medio y largo plazo, con más actividades y eventos, lo que puede también generar una ampliación de los servicios que ofrecen los hoteles en destino de costa”. Y así podemos hacer que la sensación de ‘los lunes al sol’ sea una expresión positiva en cuanto a generación de empleo.
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[…] de hacer pronósticos de ocupación como hacíamos antes, ¡ni locos!). Era, como escribía en mi último post, una especie de Día de la Marmota, pero con la primavera ya bien entradita en meses, la primavera […]