Pues no, no podía ser otro el tema tocándome publicar en estas fechas, entrañables o aborrecibles a partes iguales según de qué pie cojee cada uno. La Navidad intensifica las sensaciones, de manera que las desgracias, que nunca son plato de gusto, son más dolorosas cuando suceden en esta época del año. Ya sea porque se fue un ser querido, te echaron del trabajo o te dejó la novia ‒el típico «no eres tú, soy yo», sí claro, a lo mejor el otro tiene también algo que ver‒, si pasa en estas fechas se convierte en una crueldad intolerable… Igualmente, cuando lo que sucede es bueno también parece mucho mejor, más bonito, más yo qué sé…
annus horribilis, balance del año, espíritu de la Navidad, Feliz Navidad
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