¿Estás familiarizado con el entorno VUCA? A diario estamos expuestos a innumerables problemas dentro del ámbito empresarial que necesitamos resolver, ya sean de tipo estratégico, de ventas o circunstanciales, en los que carecemos de una respuesta contundente porque estamos marcados por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad o la ambigüedad que supone dar el siguiente paso, actuando de manera reactiva. Y es aquí donde entran en juego las siglas VUCA.

Este concepto fraguado durante la década de los noventa del siglo pasado por los soldados norteamericanos viene a designar (aplicado al mundo corporativo) cualquier escenario en el que las empresas se ven abocadas a la readaptación continua de su programación y rutina estratégicas, ya que todos los modelos tradicionales de negocio son vulnerables al cambio sin excepción, a menos que sean capaces de adaptarse. Y esto incluye, por supuesto, a cualquier organización del sector turístico.

Pero, ¿qué significan exactamente estas cuatro premisas del método VUCA ? y ¿Cómo podemos adoptar positivamente una reconducción de nuestro modelo de negocio si las aplicamos de una forma correcta? La sigla VUCA responde, en inglés, a los términos Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity

La volatilidad hace referencia a todos aquellos retos inesperados cuya duración es desconocida. Requeriremos, por lo tanto, disponer de un enfoque sólido y un talento adecuado para anteponernos a todas aquellas situaciones que puedan sobreponernos.

La incertidumbre se produce cuando los acontecimientos son inesperados y desconocemos su previsibilidad, para lo cual debemos construir un modelo productivo lo más predecible posible para ser capaces de reaccionar de manera eficiente.

La complejidad plantea que a la hora de acometer cualquier tarea debe primar la sencillez en su ejecución y desgranar en pequeñas porciones cada acción realizada para disponer de una comprensión completa de toda casuística.

La ambigüedad, por último, nos invita a activar una capacidad de reacción ágil ante cualquier imprevisto, atreviéndonos a identificar nuevas hipótesis sobre cada aprendizaje adquirido.

Para resolver un entorno VUCA existen varias maneras de afrontarlo y estas se ensamblan dentro de cuatro premisas fundamentales: la formación, la previsión, el conocimiento y velocidad de reacción. Si queremos salir fortalecidos, todos los miembros del equipo de trabajo deben adquirir una visión holística de todos los procesos, concentrándose en las tareas prioritarias y en las que la implicación del factor humano y la tecnología suponen dos ejes fundamentales, en lugar de trabajar como nodos independientes, que lo único que proyectan es un modelo volátil y sin escalabilidad.

Cuando hablamos sobre entornos VUCA surgen algunos conceptos relacionados, como el lead management y la metodología agile, en los que ya muchas empresas confían y de las que espero hablar más detenidamente en otro post. El primero hace referencia a como podemos ser más eficientes a través de la identificación de todos nuestros problemas y procesos para reducir o eliminar aquellos que no aportan valor ni calidad a nuestro servicio, mientras que la metodología agile nos proyecta una forma rápida y flexible para el desempeño de nuestra actividad, dividiendo todo en pequeñas tareas que nos permitan reducir los tiempos de ejecución.

Por lo tanto, si podemos quedarnos con alguna conclusión sobre el concepto VUCA y cómo pueden las empresas del sector adoptarlo, es básicamente saber que no se deben tomar actitudes reactivas ante el peligro o un escenario disruptivo, sino todo lo contrario, abrazar el cambio como parte transformadora de la planificación estratégica de la empresa y como guía de liderazgo para salir reforzado en cada etapa de nuestro negocio.

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Sergio Darias Pérez es especialista en Marketing Digital

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